Tipos de narices griegas

Y que se me ocurre beberme a tragos tus palabras, inhalar tus 
piernas y tus brazos, comerme el reflejo de tu espejo, acariciar
los besos de tu frente, olisquear el aroma impregnado en tu cuello, dejar que mis manos recorrieran el perfil de tu nariz; que no es griega como la mía, sino griega como la tuya...

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Minimizando al vanidoso astro... Del sol y la Luna

Carezco de la afasia sensorial que caracteriza tu sol al despertar, me faltan las ganas de odiar a quién se me pueda atravesar, mi cerebro desiste al impulso de toda racionalidad, persigo un sueño elaborado a base de sensorialidad... Tu sol no te permite verlo a los ojos, prefiere verte quemar Yo congelo el momento, para que en tus sueños lo puedas mirar ...Ése sol despiadado, cruel y enajenado... Sol despedazador de esperanzas, asesino de ilusiones... siempre a la defensiva. Yo, la Luna ingenua, reinventante y soñadora... Luna amante de tu risa, escritora de utopías... siempre en busca de fantasía, Luna, capturadora de momentos, protectora de tus secretos y... cómplice de tus viajes a través del universo. Sol, juzgador por naturaleza egoísta sin gusto propio... Intentando fulminarte con sus rayos de amargura dominante. Yo , pantomima de tus noches surreales, receptora de tus sentimientos leales. Más, sin embargo... Yo sólo vivo en tus sueños.
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Utópica realidad

Un amor imposible es sólo un amor sin destino, y sin destino me encuentro. Es el encuentro del desencuentro. Silencio, secrecía, el amor en una caja escondida con extrema celosía. Un amor desprovisto de alas, que ha de permanecer a las sombras como un encarcelado, un fugitivo... Pasarás por mi vida sin saber que pasaste. Pasarás en silencio por mis pensamientos y, al pasar, te regalaré una sonrisa, como un dulce contraste de mis ansias de quererte... y, probablemente jamás lo sabrás. Y, ahogando mi amor inadvertido,  puede ser que te piense en silencio, como algo inaccesible ; y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus labios... y tal vez jamás lo sabrás. Y si un día una mirada denuncia mi sentir --la emoción infinita que te debo ocultar--, te diré sonriente: "Mi corazón no entiende de imposibles, lleva en el alma la esperanza de lo increíble..." Recordaré tu sonrisa eterna, mis metáforas de sandía... y ¡jamás lo sabrás!
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